Durante la edad media surge la notación musical y con ella el inicio de la música culta. Entre los siglos VI y XI los clérigos cristianos idearon sistemas de escritura musical para fijar y difundir la música litúrgica. A partir del siglo XI la notación de Guido d'Arezzo sirvió también a los trovadores para transmitir sus canciones y permitió el desarrollo de la primera polifonía. Los peregrinos que acuden desde toda Europa ante el sepulcro del Apóstol Santiago, convierten Compostela y Galicia en fulgurante estrella, crisol musical y cuna de trovadores.
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